El modelo Cambiemos ya te sacó más de dos sueldos en 2018

A partir de datos oficiales del Indec, relevamos cómo impactó el modelo Cambiemos en tu bolsillo, seas asalariado privado, público o en negro, respecto de la malaria de este año y también en comparación con los comienzos del nuevo modelo.

El poder adquisitivo representa la capacidad de compra de tu salario. Si sube el salario al mismo ritmo que la inflación, el poder adquisitivo no cae. Si sube más, el bolsillo sonríe porque gana en capacidad de compra. Pero si el salario aumenta por debajo de la inflación, ahí es cuando comienzas las angustias. Desde que asumió Cambiemos, nunca los trabajadores asalariados pudieron recuperar el poder adquisitivo que tenían en diciembre de 2015.

Nunca. Y eso que la medición de inflación del Indec no pondera debidamente el peso de los tarifazos en la canasta de consumo, asignándole en el presupuesto familiar el mismo lugar que si no hubieran ocurrido. Estima las subas y da cuenta de ellas, pero en el indicador general final supone que se gasta apenas del 1,58% del gasto familiar en pagar la luz, el agua y el gas, un porcentaje completamente inverosímil en la Argentina sin subsidios.

Entonces, sin siquiera calcular el daño que hizo una de la políticas más regresivas y violentas contra los trabajadores y en favor de empresas monopólicas, los datos oficiales siguen mostrando que en 2018 los trabajadores perdieron entre el 11,9% y el 18,9% de su poder adquisitivo. Y ese dato apenas corresponde a septiembre, todavía faltan mensurar un trimestre más de bajón en el poder de compra.

Los datos

Indec mide la inflación desde mediados de 2016, por lo que tomamos el dato de inflación anual de un instituto afín al gobierno nacional, el de la Capital Federal, que estimó un alza de precios en 2016 del 41%. Luego, en 2017 el Indec dijo que los precios subieron en ese año un 24,8. Finalmente, hasta septiembre de este año los precios subieron un 32,4%.

Respecto de los salarios, el Indec mide a un promedio de las subas salariales de los trabajadores privados y públicos registrados y, también, de los trabajadores en negro. La suba de los salarios de los laburantes no registrados recién comenzó a medirse a partir de enero de 2017, por lo que utilizamos un promedio de los aumentos a privados y públicos en blanco. Ese dato es por demás benévolo, pero no se cuenta con otra referencia.

Bajo esos parámetros, según el Indec los salarios de los privados en blanco subieron 33% en 2016, 27,3% en 2017 y 20,5% hasta septiembre de 2018. Los públicos subieron 32,6% en 2016, 25& en 2017 y 19,1% hasta septiembre de 2018. Finalmente, los trabajadores en negro tuvieron un aumento (supuesto con buena onda, como dijimos más arriba) del 32,9% en 2016 y luego, ya con medición concreta y pertinente, del 31,5% en 2017 (el extraño año en el que Indec midió que los negreados tuvieron aumentos salariales por encima de los que están en blanco) y del 13,5% hasta septiembre de 2018.

Calculando la malaria

En consecuencia, a partir de estos datos se evidencia que hasta septiembre de 2018, los trabajadores privados registrados perdieron el 11,9% de su poder adquisitivo, los trabajadores públicos registros perdieron el 13,3% de su poder adquisitivo y los negreados perdieron el 18,9%.

Si los trabajadores registrados cobran 13 salarios al año –y los trabajadores en negro sólo 12–, eso quiere decir que en 2018, a la altura de septiembre, los asalariados privados en blanco ya perdieron un sueldo y medio de poder de compra, los públicos perdieron un suedo y el 70% de otro y los trabajadores en negro perdieron dos sueldos completos y el 20% de otro sueldo.

Respecto de enero de 2015, los trabajadores privados registrados perdieron un 17,4% de su poder adquisitivo: quedaron 8% atrás en 2016, subieron un 2,5% en 2017 (según el Indec que dice la verdad) y bajaron un 11,9% en este año. El saldo es una pérdida desde que llegó Macri del 17,4% en el poder de compra.

Para los trabajadores públicos registrados, la merma es durísima: 21,5% de su poder adquisitivo tomando como punto de partida enero de 2016. Literalmente, es como si en 2015 no hubieran cobrado el aguinaldo, el sueldo de diciembre y la mitad del sueldo de enero. Las variaciones fueron de 8,4% para atrás en 2016, 0,2% para arriba en 2017 y 13,3% para abajo hasta septiembre de este año.

Los trabajadores negreados perdieron el 20,3% del poder de compra que tenían en enero de 2016. Tomando datos demasiado positivos, perdieron apenas el 8,1% de su poder de compra en 2016, ganaron el muy verosímil 6,7% de poder de compra en 2017 y van perdiendo en este año el 18,9%. A fin de cuentas, un tercio de los trabajadores del país, que no cuentan con obra social ni ningún tipo de protección, ni aguinaldo, perdieron el equivalente al sueldo de diciembre y noviembre, y el 40% del sueldo de octubre.

 

 

 

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