Estaba viendo unos tuits donde varixs estudiantes acusan a un profesor de ser entre otras cosas zurdo, ignorante, socialista, comunista, mentiroso, pecho frío y, literalmente, de practicarle una “felatio intelectual” al mismísimo Keynes. Se ve que lxs chicxs no están muy conformes con su profe de economía y lo manifiestan de la manera que mejor les sale.

Más allá de lo gracioso y violento de los tuits, lo que me atrajo la atención fue que además tildan al docente de adoctrinador y de no ser neutral; dos juicios que se mencionan cada vez que un/a educador/a toma partido ya sea a favor o en contra de los contenidos disciplinares que está divulgando. En otras palabras, se lo acusó a este profesor de no ser “objetivo”.

Uno estaría tentado a oponer a la educación con el adoctrinamiento y a vincularla con la imparcialidad porque es algo que comúnmente se dice sobre lxs docentes, al igual que se dice de lxs científicos y lxs periodistas. De estos últimos se dice cada vez menos pero, en definitiva, algo que compartirían estos tres tipos de discursos o prácticas serían la objetividad y la neutralidad, dos cualidades que, por otro lado, se opondrían a las valoraciones o juicios morales y/o políticos. Es decir, son dos características que se contradicen con “tomar partido” por algo.

O sea que lo que se espera de lxs docentes es que cuando lleguen al aula se desprendan de todas sus sensaciones, pasiones, sentimientos, ideales, valores morales e inclusive todo tipo de conocimiento que no tenga que ver directamente con lo que le toca desarrollar en clases para poder ser plenamente racionales, objetivos y neutrales. Dicho de otra manera, lo que se espera del profesor o la profesora es que sea una máquina de repetir conceptos consensuados en la comunidad educativa e instruir en esos contenidos a sus alumnxs. Y si esto descripto anteriormente no es adoctrinar, entonces no sé qué es. Y por eso, justamente, se utilizó la palabra “instruir” que tiene una fuerte connotación militar y doctrinal. Se les exige que dejen su humanidad afuera del aula: que deje de ser un/a trabajador/a y se comporte como un dispenser de contenidos.

Se podría contra argumentar que quienes se oponen a la educación “politizada” quieren que lxs docentes enseñen a lxs estudiantes a pensar por sí mismxs, y por eso se oponen a que en clase lxs profes digan lo que piensan, más allá del texto o autor/a a desarrollar. Pero si no dicen lo que piensan sobre los contenidos, ¿de qué manera pueden interrogar esos contenidos? Es decir, ¿cómo podrían generar conocimientos propios y genuinos en lxs estudiantes? Adoctrinar es todo lo contrario a educar, porque adoctrinar es afirmar, y educar es interrogar y cuestionar. Y exigiendo que no adoctrinen, están pidiendo, en realidad, que no eduquen. Que no se cuestionen los saberes consolidados y naturalizados. Que no se denuncien los poderes opresores que adoctrinan cómo y qué tenemos que conocer y pensar. Que no se pongan en crisis el sentido común o la opinión pública que son ni más ni menos que la voz del opresor en la boca de lxs oprimidos.

Por otro lado, el mote de adoctrinador siempre surge solo cuando lxs profesorxs dicen algo con lo que no se está de acuerdo. Es decir, si lxs docentes piensan como unx no adoctrinan, son imparciales y educan como deben. Y por eso quien adoctrina es aquel/la que “no enseña las cosas como verdaderamente son”. ¿Verdaderamente desde qué punto de vista o para quién?

Con esto no se niega que existan docentes que pretenden instruir de manera acrítica en una doctrina. Solo se quiere discutir algunos prejuicios que se tienen en torno a la supuesta cualidad apolítica que debería tener un trabajo como la docencia. La docencia es una práctica eminentemente política porque es una esfera de la vida en donde se difunde la cultura; lo que una época o sociedad considera justo, noble, valioso, bello y verdadero y, por ende, todo lo que es injusto, repudiable y falso. Dicho esto, podemos decir que quienes se indignan porque lxs docentxs que no piensan como ellxs (y que encima escriben en inclusivo) politizan la enseñanza, en el fondo confunden lo político con lo partidario; que es solo un modo de entender y practicar la política pero no es la política toda. Hay que insistir que como la educación no se trata solo de un acto descriptivo y expositivo sino, sobre todo, de un acto interrogativo y transformador es un acto político y amoroso; así que vaya si no es imposible que sea neutral y objetivo.

Lxs profesorxs tenemos la tarea de denunciar lo injusto, las desigualdades, lo miserable y lo opresor. Su trabajo consiste definitivamente en difundir la cultura pero, sobre todas las cosas, en transformarla para hacer de este mundo un lugar mejor, más bello, más justo e igualitario para todxs. Y sin cuestionarse los poderes que adoctrinan, eso va a ser imposible.

3 Comentarios

  1. Excelente, muy bien por el estudiante, que empiecen a cuestionar a sus profesores zurdos, que pretenden inculcar las ideas marxistas, comunistas y de izquierda en los adolescentes con la excusa de ser críticos.... como este diario

  2. Bien, bien, aplauso al diario, por borrar los comentarios de quienes no pensamos igual, sé que a este también lo van a borrar, pero no me sorprende, típico de izquierdistas...jamás fueron democráticos, y jamás estuvieron a favor de la libertad de expresión, solo de los que expresan las ideas de ustedes.....

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