Lectura del documento del 24 de marzo de 2023. Foto: Gabriela Carvalho.

Documento acordado por las organizaciones convocantes al acto del 24 de marzo de 2023 en la ciudad de Santa Fe.

Hoy, como todos los 24 de marzo venimos a esta plaza a repudiar el golpe cívico militar eclesiástico de 1976. El peor de nuestra larga historia de rupturas del sistema democrático. Pero también recordamos que ya para esa fecha teníamos más de 600 desaparecidos y centros clandestinos de detención, con el llamado “operativo independencia” en Tucumán y la Tripe A en todo el país.

Con toda la fuerza de nuestra conciencia histórica, venimos a honrar como siempre a los mejores hijos del pueblo: los 30.000 desaparecidos y desaparecidas por el golpe genocida.

La desaparición forzada fue la forma más aberrante del genocidio, el crimen de crímenes, el delito permanente. Que aún se sigue cometiendo con el ocultamiento de los restos, la perversión mayor de los genocidas, que están condenados para siempre por la historia, y más de mil condenados por los tribunales de Justicia.

En nuestra Argentina, además de desaparecer a 30.000 compañeros y compañeras de nuestra generación diezmada, los genocidas robaron los bebés a las madres secuestradas y falsificaron sus identidades, torturaron en forma bestial y violaron a mujeres indefensas. Como aves de rapiña también se robaron todo lo que encontraron en los allanamientos. Cobardes sicarios con uniforme nacional al servicio de un imperio insaciable y de una oligarquía cipaya. El genocidio al servicio del privilegio de una minoría, para someter a la mayoría, que es la que pone su cuerpo todos los días para producir la riqueza. Esta dictadura se instaló para implantar un plan económico neoliberal de entrega al capital extranjero, de endeudamiento estructural, y sobre todo de supresión de derechos sociales, laborales, políticos, culturales, de salud y educación.

Es necesario e imprescindible recordar y tener en claro que además de desaparecer físicamente a compañeros y compañeras, el objetivo de los genocidas fue borrar para siempre los ideales y el proyecto político de país por el cual luchaban. A través de la muerte, la desaparición y el terror, buscaron el disciplinamiento del conjunto de la sociedad y fundamentalmente de la clase trabajadora.

Pertenecemos a un pueblo con memoria. Un pueblo que sabe que a sus derechos los tuvo que conquistar con la lucha. La lucha de otras generaciones que dejaron su sangre en las calles en la Semana Trágica, en la Patagonia martirizada, en los quebrachales de la Forestal, en la Plaza de Mayo bombardeada en 1955, en las calles del cordobazo, en Trelew, en los montes tucumanos, en los vuelos de la muerte, en las salas de tortura. Todo un país bañado por sangre de pueblo, como un siglo antes lo fue en San Lorenzo, Chacabuco y Maipú. La sangre de pueblo que está en las raíces mismas de nuestra querida patria.

En medio de este dolor que hoy recordamos, es un orgullo para nosotros que el mundo entero haya saludado a la Argentina por el ejemplo que dio en materia de Derechos Humanos; a pesar de los negacionismos que siempre trataron de ocultar o tergiversar esa barbarie.

En Argentina hubo juicios y condenas a los represores porque nuestro pueblo, nuestras madres y los organismos de derechos humanos lucharon para ello con compromiso y porque hubo decisiones políticas que así lo hicieron posible, como en 1985 y en 2003. Sin embargo, hoy desde el Poder Judicial se promueven retrocesos que no vamos a tolerar, como el 2x1 que no lograron implantar, las libertades condicionales y las prisiones domiciliarias para los genocidas, o la eliminación de la palabra genocidio en las sentencias. Infames personajes como Horacio Rosatti, caminan impunemente por nuestra ciudad e intentan borrar un camino construido en Memoria, verdad y Justicia. preparando las condiciones para que regrese con más fuerza ese proyecto neoliberal que instaló la dictadura y que continuaron otros gobiernos en democracia.

Es por eso que hoy algunos vuelven a aplaudir a Domingo Cavallo, el economista de la dictadura y de los gobiernos neoliberales. El que nos estafó con la estatización de la deuda externa privada. Ahora lo reivindican los supuestos “libertarios”, quienes arremeten contra el Estado de Bienestar y contra el Estado de Derecho. Reivindican una “libertad” que no es otra que la libertad del poder económico de arrebatar derechos al trabajador, para que unos pocos llamados “ganadores” obtengan todos los privilegios a costa del trabajo precarizado de la mayoría. De los que ellos llaman “perdedores” en su aberrante meritocracia.

Los llamados “Libertarios” convocan a los jóvenes diciéndoles que son “lo nuevo”, que no son políticos, pero reivindican al genocida Videla y van con el hijo de Bussi a las elecciones en Tucumán. Son más o peor de lo mismo. El pueblo argentino ya los conoce bien.

La verdadera Libertad nace de la Igualdad. Y esa es la base de nuestros conceptos en Derechos Humanos. Son las ideas que nos unen, más allá de nuestras distintas identidades políticas.

El poder económico, aquella pata civil de la dictadura, a la que tenemos que volver a nombrar con todas sus letras, como Pedro Carlos Blaquier empresario estrechamente ligado al terrorismo de Estado que acaba de morir impune, no renuncia a la represión y a la violencia. Hoy utilizan métodos más sofisticados que en los tiempos de dictadura. Directamente se meten en nuestras cabezas con una infame campaña de calumnias. Mentiras repetidas mil veces por los medios y las redes, para que se transformen en supuestas “verdades”. Como antes lo hicieron con el Partido Militar, hoy han constituido un Partido Judicial, una verdadera mafia organizada, desvergonzada y servil, donde un sector del Poder Judicial, operando como un poder estatal paralelo que asume los intereses de ese poder económico, lleva adelante la persecución política de los principales referentes populares y promoviendo sentencias judiciales que benefician sus intereses. Ayer con botas y balas, hoy con la pluma de algún esbirro judicial. Todo con el necesario apoyo del monopolio mediático.

. Por eso atentaron contra la vida de nuestra Vicepresidenta y ex Presidenta en dos mandatos consecutivos. Reclamamos una investigación a fondo, que no solo no se hace, sino que se boicotea desde la cúpula del Poder Judicial. Los argentinos y el proceso democrático necesitan saber no solo quienes intentaron este magnicidio sino también quienes lo promovieron y financiaron, sancionando a sus responsables. “La bala que no salió, la sentencia que si saldrá” titulaba el diario Clarín en una frase que evidencia la necesidad de eliminarla del escenario político. No puede siquiera pensarse en una verdadera democracia, si permitimos que queden impunes estos hechos que pusieron en peligro la vida de Cristina Fernández de Kirchner.

De la mano de este Estado paralelo sostenido por las mafias que a escondidas del pueblo se reúnen en Lago Escondido, hoy volvemos a tener proscripciones en nuestro país. Con juicios que son una farsa, sin pruebas, sin el debido respeto del derecho procesal y sin derecho a la defensa, donde escriben las condenas aún antes de que comiencen los mismos. Demonizan primero y condenan después a aquellos que, desde el gobierno, acabaron con las leyes de impunidad y abrieron las puertas a los juicios a los genocidas. Demonizan a quienes mejoraron las condiciones de vida de los argentinos recortando los intereses de una minoría privilegiada.

Hoy estamos acá para hacer Memoria. Por eso en este contexto no debemos olvidar que después del bombardeo criminal a Plaza de Mayo y el golpe militar de 1955, tuvimos por decreto la proscripción del partido mayoritario. Proscripción que duró 18 años transformando en una farsa la democracia. Y tenemos bien en claro que la proscripción no es sólo contra una persona, contra un candidato o candidata, sino contra los millones de argentinos y argentinas a los que se arrebata el derecho a votarlos. Queremos ser enfáticos en este punto, hoy, gran parte del pueblo argentino no puede votar a quien lo representa.

Durante los últimos años, los llamados “poderes reales” se han vuelto a hacer fuertes, y no se los ha enfrentado con la decisión necesaria. El gobierno de “Cambiemos” nos ha vuelto a endeudar con el FMI, con lo que nos puso una soga al cuello y redujo a nuestra patria a una situación colonial. Por eso, nuestra lucha de todos los días es para que no seamos el pueblo trabajador quienes paguemos los platos rotos. Ellos tomaron la deuda, y a ellos les corresponde pagarla. Tienen para eso cientos de miles de millones de dólares en las guaridas fiscales.

La deuda fue para salvar a los bancos que habían venido a hacer su agosto con la especulación financiera y sin ella no hubieran podido repatriar sus capitales, pero todos sabemos que además es un mecanismo de dominación. Hemos escuchado en este último tiempo a la Jefa del Comando Sur de los EEUU hablar de nuestros recursos naturales como si fueran propios. Vienen por nuestro litio, por nuestro petróleo y por nuestro gas. Vienen por el agua dulce y por nuestro territorio, ya no solo por Malvinas sino por nuestra Patagonia en la que hoy existen enclaves coloniales como el de Joe Lewis donde se reúne la mafia judicial.

Por eso, es muy importante que hayamos podido sostener como empresas del Estado a YPF y Aerolíneas entre otras. Y que también mantengamos el sistema estatal de jubilaciones. Es necesario declarar a los recursos naturales como propiedad del pueblo argentino y que su explotación debe servir para sostener una vida digna y para la felicidad de nuestro pueblo.

Hay mucho aun por construir en Memoria, Verdad y Justicia. Hay Juicios aun por hacer. Hay identidades robadas para restituir. Sin ir más lejos, a muy pocos kilómetros, en el Campo Militar San Pedro, falta aún recuperar decenas de restos de nuestros desaparecidos y desaparecidas. Abundan los testimonios sobre masacres en el campo. Por eso pedimos su reconocimiento oficial también como “Lugar de Exterminio” y su transformación en espacio de memoria.

Estamos acá y en cada lugar de nuestra patria para resistir y redoblar la lucha. Una lucha difícil, como todas las que se hacen por los derechos de todos y todas. Pero sabemos que la verdad está de nuestro lado. Nos ilumina la inmensa fuerza que nos trasmitieron nuestras queridas y heroicas Madres de Plaza de Mayo, las que fueron capaces de transformar su dolor en lucha, y expresar ante el mundo que estaban orgullosas de sus hijas e hijos revolucionarios que habían parido y les arrancaron. Este 24 de marzo nos falta Hebe, referente incansable por los Derechos Humanos en nuestro país y en el mundo. Hoy más que nunca, queremos reivindicar su legado, con el compromiso militante de continuarlo.

En esta plaza estamos los y las que luchamos por una vida digna para todos y todas. Nos acompaña la fortaleza de nuestras queridas Otilia y Olga en nombre de sus queridas compañeras Madres que ya no están. Están los sobrevivientes de la tortura y de las cárceles de la dictadura, quienes testimoniaron en los juicios de lesa humanidad por los que no volvieron. Están los familiares de los desaparecidos que comenzaron la lucha en dictadura para buscar a los suyos. Están los HIJOS, los que fueron capaces de organizarse, construir su propia historia y aportar nuevas fuerzas e ideas a la lucha. Están muchos jóvenes que despiertan a la conciencia social, que buscan conocer nuestra verdadera historia, y se comprometen en una lucha colectiva. Los estudiantes que vuelven a levantar las banderas de Santiago Pampillón, Cabral, Bello y tantos otros. Están los trabajadores de los sindicatos, herederos orgullosos de quienes un 17 de Octubre de 1945 dieron vuelta la página de la historia. Están los compañeros y compañeras de los movimientos sociales que le pelean todos los días a la exclusión y encuentran caminos para seguir avanzando hacia mejores condiciones de vida. Están los y las trabajadoras de la salud que expusieron su vida para salvarnos de la pandemia. Están los y las docentes que enseñan a sus alumnos a pensar por sí mismos y a buscar siempre la verdad. Están los y las militantes y dirigentes que siguen considerando a la política como un lugar de lucha comprometida con la Patria y con el bien común.

Estamos transitando los 40 años de nuestra recuperación democrática. Ésta, a lo largo de su desarrollo ha atravesado momentos difíciles como también momentos de mayor intensidad, conquista de nuevos derechos y amplia participación popular. Hoy vemos con preocupación cómo sectores del "poder real" a través del "partido judicial", pretenden tutelar nuestra democracia y condicionarla para que sus intereses no sean afectados y las administraciones políticas se adapten sumisamente a las estrategias de los poderes concentrados. Quieren una democracia escuálida, sin justicia social y sin derechos. Y para ello no dudan en sus intentos de proscribir a dirigentes de sectores políticos que los cuestionan y así coartan y burlan la voluntad popular, como hicieron con milagro sala. La Democracia se construye con una mejor distribución de la riqueza, a favor de quienes la producen y no de quienes especulan. La Democracia se construye con seguridad como derecho humano, sin represión sobre los más pobres y asegurando la libertad colectiva. La democracia se construye con más Memoria, Verdad y Justicia.

En esta lucha no estamos solos. Ha vuelto el Brasil de Lula y se han sumado el México de López Obrador, el Chile de Boric y la Colombia de Petro. Perú lucha con fuerzas contra el golpe de estado institucional que sufre. En toda nuestra América Latina, antes sometida al genocidio del Plan Cóndor con EEUU a la cabeza, y hoy atacada por la guerra judicial, el law fare, las falsas noticias y los golpes institucionales, emerge sin embargo una nueva posibilidad de avanzar juntos en la construcción de esa Patria Grande que siempre soñamos donde nuestros pueblos puedan vivir con dignidad.

Por eso decimos que los pueblos siempre vuelven. Los ideales de Justicia, Igualdad y Soberanía no pertenecen solo al pasado, están siempre presentes, y hoy surgen de la semilla que dejaron nuestros 30.000 compañeros y compañeras desaparecidas.

¡Compañeras y Compañeros! Es tiempo de Militancia, y de Solidaridad. ¡Es tiempo de luchar por nuestros derechos!

- Por cárcel común y efectiva para todos los genocidas

- Restitución de las identidades de los niños y niñas apropiadas por la dictadura

- Recuperación de los restos de los desaparecidos y desaparecidas

- Libertad a las presas y presos políticos. Basta de persecuciones judiciales.

- Por unas fuerzas de seguridad formadas en Derechos Humanos.

- Fuera esta Corte Suprema y el Partido Judicial Mafioso

- Por una democracia para todos y todas, sin ningún tipo de proscripciones

- MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA para defender la democracia

- Corporación judicial, NUNCA MÁS

 30.000 compañeras y compañeros detenidos-desaparecidos.... Presentes ….Ahora y Siempre

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