Ya en la primera ola resultó evidente que la la flexibilización de las medidas de cuidado en Buenos Aires devino en la expansión del coronavirus por todo el país. Ahora que parece asomar la segunda ola, el distrito más rico del país y con la mayor tasa de mortalidad por Covid 19, se dispone a relajar más los cuidados en las escuelas. 

La Ciudad de Buenos Aires tiene una tasa de mortalidad por coronavirus de 213 personas cada 100 mil habitantes. Es un muerto cada 468 personas. Sólo se aproxima Tierra del Fuego, con una tasa de 205 víctimas cada 100 mil habitantes. En Santa Fe, esa tasa es de 118 cada 100 mil. En el país, 120 cada 100 mil. Si Argentina hubiese tenido una gestión de la pandemia igual de horrible que la de Horacio Rodríguez Larreta, Fernán Quirós y Soledad Acuña, hubieran fallecido al 20 de marzo unas 96.813 personas, una cifra monstruosa.

Sin embargo, el distrito más opulento de la nación se dispone a relajar todavía más los cuidados, liberando por momentos del uso de barbijo a los estudiantes en las escuelas y aumentando la cantidad de espacios con potencial de aglomeración de personas. Se amparan las medidas en que dieron positivo apenas 1215 alumnos y docentes entre los entre más de 700 mil de la comunidad educativa porteña. No hubo ningún tipo de seguimiento de a cuántas personas más contagiaron esas 1215 personas en sus hogares, en clubes o restoranes. Mientras tanto, los contagios de coronavirus van escalando desde principios de marzo, justito a dos semanas aproximadas de que comenzaran las reaperturas de las aulas en todo el país.

Ante la inacción de la nación en el tema, desde la Ciudad de Buenos Aires se impuso esta línea de reapertura de aulas –con todas las dificultades de planificación y de infraestructura que se puedan imaginar– con la misma fuerza que se fue empujando durante todo 2020 a la flexibilización de las medidas de cuidado. Desde el running nocturno a la reapertura de bares, siempre desde el centro del país se fueron dando esos pasos, con la promoción continua de los medios capitalinos.

En las provincias, donde los pasos se fueron dando más lentamente, se fue aguantando la expansión del Covid 19. Pero, como se puede ver, la expansión de virus, que estaba concentrado en el Área Metropolitana de Buenos Aires, devino en la primera ola.

Con la caída de casos nuevos, y con el verano, se emparejó la distribución de contagios entre las provincias y Buenos Aires. La mayor flexibilidad del centro ¿volverá a ser motivo para el incremento de casos en el país? Todavía está por verse cómo será afrontada la segunda ola. Eso sí, del primer año de pandemia queda consignado que el distrito que tuvo el peor resultado fue, a la vez, el que impulsó las medidas de flexibilización en todo el país.

O expresado de otro modo, se puede observar cuántos muertos debería haber hoy en cada provincia y en todo país, si la tasa de mortalidad de la Ciudad de Buenos Aires fuese pareja para todos. Santa Fe, por ejemplo, ya debería haber llegado a las 7545 muertes por coronavirus, 3362 más que las que ahora tiene.

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