A un (1!!!) día de la elección más importante de los 40 años de Democracia

A pocas horas de que abra la primer escuela, y mientras algún ciudadano con pedido de  captura ya va pensando qué se va a poner mañana para ir a votar, nos proponemos aplacar la ansiedad con este último repaso noticioso no ya de la jornada, si no del último tramo de esta campaña delirante, preocupante y deprimente.

Si a principios de este año, cuando todavía éramos un país que sólo podía pensar en la reciente conquista del Mundial de fútbol, nos tiraban cinco o diez títulos de lo que después terminaría pasando... es obvio que nos hubiéramos desternillado de la risa en la cara del portador de las verdades. Argentina es un país que siempre, y sobre todo, sorprende. Aunque eso a veces es una cualidad magnífica, y a veces abre la puerta al más temerario de los futuros.

Esperemos que, en esta ocasión, el desenlace final está más ligado a la primera versión de nuestra condición fantástica que a la segunda.

Es difícil hacer aquí un repaso del sinfín de pronunciamientos por un candidato u otro que tuvimos, sobre todo porque la mayoría fue fluctuando. Amalia Granata sacó su costado de panelista de TV para explicarnos que no iba a votar a Milei, pero después terminó prestándose para fiscalizar en nombre de La Libertad Avanza. Baby Etchecopar cambió más veces de voto que de par de medias. Los radicales, eje central de la discusión, dieron "vía libre" a que cada uno defina su plan de acción.

A 25 días, sin Rumbo por el Cambio

La que tomó centralidad y protagonismo fue Patricia Bullrich, que salió a respaldar (y a militar) al candidato de La Libertad Avanza. Esa centralidad le duró dos días, porque después el propio Mauricio Macri tomó cartas en el asunto para salir a recordarnos, una y otra vez, que Milei es buen pibe y que no va a hacer nada de lo que promete que va a hacer.

Aquí llegó la primera gran Batalla: Gerardo Morales se transformó en la voz cantante de un sector del radicalismo que ya desconoce a Mauricio Macri como referente máximo del frente que integran, si es que el frente aún existe. No sólo que el bueno de Morales (lo de "bueno", claro está, es una humorada) se puso al hombro la postura de un sector de Juntos por el Cambio que todavía sostiene que el acuerdo entre Macri y Milei se realizó sin consultarles, sino que también sacó su carta de provinciano: él, como tantos otros gobernadores radicales, entienden que un gobierno de Milei eliminaría la coparticipación, y los dejaría en Pampa y la vía.

A 24 días del balotaje: abrazame hasta que vuelva Mauricio

Lástima que en esta discusión se ve que nuestro gobernador electo estaba justo en otra cosa y no pudo participar.

Otro eje de discusión en la campaña tuvo que ver con la pobre (por no decir preocupante) performance de Milei en entrevistas y actos públicos después del balotaje. Blindado ahora por el sistema mediático que la responde a Macri y cosechando simpatizantes en otros canales, como el pelado Trebucq o los muchachos de A dos voces, uno podía esperar que este tramo de la campaña se le hiciera más fácil. Pero fue un camino cuesta arriba, para el líder de LLA. Cuesta arriba, con una cubierta pinchada, en camino de ripio y con Conan (que en paz descanse) ladrándole adentro de la cabeza.

A 23 días del balotaje: voces, sólo voces como ecos

Desde el eje de LLA y sus aliados PRO agitaron durante toda la campaña una idea que parecía sacada del mismísimo búnker de Sergio Tomás: lo mejor que le puede pasar al país es que "explote" o "estalle". Y se comprometen en la tarea, porque algunos de los nombres que circularon en estos días que podrían asumir en un gabinete de Milei son, por ejemplo, Federico Sturzenegger.

Un segundo eje que viene a colación de esa explosión tiene que ver con el plan de contingencia: según Cecilia Pando, la única manera de que las Fuerzas de Seguridad acompañen a un nuevo presidente es que empiecen a indultarse y liberarse a los presos por crímenes de Lesa Humanidad.

A 19 días, ni Aldo Rico le confía sus nietos a Milei

Hubo días sencillamente magníficos: en una misma jornada, por ejemplo, Patricia nos dejó la metáfora de la vaca y la leche y el llanto y el pueblo argentino, Diana Mondino volvió a agitar la idea de un mercado de órganos y Pablo Avelluto (si, leés bien, Pablo Avelluto) nos confesó "Probé la droga del antikirchnerismo rabioso, pero un día la dejé". Aburrirnos no nos aburrimos, eso si.

A 18 días, Massa y Milei anticipan en redes el debate del 12

Mondino y Lilia Lemoine, ambas flamantes diputadas nacionales, nos dejaron muchas declaraciones espectaculares e indignantes en estos días. Para Mondino, por ejemplo, ser homosexual es como tener piojos. Digamos, o sea, esa metáfora se la enseñó Patricia. Villarruel no se quedó atrás: tiró así como si nada y sin introducción que ella estaría bastante de acuerdo con que vuelva la COLIMBA. Aunque el momento máximo de villarruelismo explícito llegó con el debate que organiza TN entre los candidatos a Vicepresidentes, en este caso Victoria y su contrincante Agustín Rossi. La compañera de fórmula de Milei nos dejó en claro varias cosas: que la dolarización se va a hacer con los ahorros de los argentinos, que está de acuerdo con liberar genocidas, entre otras. Lilia, por su lado, nos confirmó que todo el sistema de medios públicos corre peligro.

A ¡10! días: quieren dolarizar con la tuya

Para este domingo, La Libertad Avanza se acerca a las elecciones con tres ejes sin resolver: no presentaron la cantidad adecuada de boletas en la Justicia Electoral, no cuentan con fiscales para cubrir todo el territorio nacional (a pesar de que Macri les había prometido asistencia en este punto) y agitaron denuncias de fraude en las generales que después no pudieron sostener frente a las autoridades. Incluso acusaron a la gendarmería nacional de ser la responsable de haber alterado las actas de las elecciones generales, en favor de Massa.

¿Qué mesas definirán hoy y mañana la elección? Y no nos referimos a las mesas de votación. Pensamos, más bien, en esas reuniones afectivas en las que surgirá el tema. En ese cumpleaños infantil en el que los primos más grandes van a complotarse para llevar a votar a una abuela. En la charla que se dará mañana, sobre un mantel de hule y regada por un mate azucarado, entre una pareja que todavía no sabe a quién va a votar. En esas pibas que van a usar todos sus argumentos esta noche en cuanta fiesta clandestina exista para convencer a sus amigos de que votar a Milei es votar en contra de tus propios intereses. En el pupitre de algún aula perdida de la Patria, donde un docente logre interpelar a sus alumnos. En un consultorio, en una sala de espera, en un confesionario, en una asiento de colectivo, en una plaza, en un bar. En todos lados, ahora y mañana y siempre, la vamos a estar rosqueando. Porque cabe más en un sobre que un simple voto. Porque en cada sobre, también, van los votos de nuestros 30000 compañeros y compañeras que mañana no van a poder votar.

Que no nos confundan: nosotros somos el círculo rojo, el grupo A, el nicho de influencia. Todos y todas, en nuestro hacer cotidiano de la política. Así sostuvimos estos 40 años de Democracia. Y así nos vamos a asegurar, al menos, 40 años más.

 

Dejar respuesta

Por favor, ¡ingresa tu comentario!
Por favor, ingresa tu nombre aquí